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martes, 28 de enero de 2014

Un paraíso no tan paradisíaco


Para mí y para casi todos los visitantes, la pregunta es por qué no se van de allí. En una vista de 360 grados, sólo se ve agua. Sin poder cubrir las necesidades básicas, con la fuerte escasez del pescado, su principal fuente de sustento, sin centro de salud, sin acueducto, sin alcantarillado y en medio del agua, pero sin agua. Ellos simplemente responden que ahí están y ahí se quedan.

Lo único que los ata es la herencia de pertenecer desde hace más de doscientos años a la Ciénaga Grande de Santa Marta. Es el caso de Nancy, don Armando, Nerys y José Julio de la Cruz, descendientes de habitantes de este pintoresco y abandonado poblado.

Al igual que sus pobladores, quiero tener la esperanza de que la ciénaga se va a recuperar y de que un día, no muy lejano, vuelva a convertirse en ese lugar mágico que describió Melquiades la primera vez que llegó a Macondo vendiendo bolas de vidrio para el dolor de cabeza: "Al sur están los pantanos, cubiertos de una eterna nata vegetal, el vasto universo de la ciénaga grande carece de límites. La ciénaga grande se confunde al occidente con una extensión acuática sin horizontes, donde había cetáceos de piel delicada con cabeza y torso de mujer, que perdían a los navegantes con el hechizo de sus tetas descomunales".





domingo, 26 de enero de 2014

Nueva Venecia, Magdalena



El recorrido para llegar a Nueva Venecia comenzó en Tasajera, un pueblito caliente y polvoriento ubicado en el departamento de Magdalena, entre el Océano Atlántico y la ciénaga. Allí, hice parte de la media docena de pasajeros que abordamos una lancha conducida por Jorge Guarín, un hombre que supera los cincuenta años que tiene el rostro de pescador, cuarteado por el viento y el sol.

Desembarcamos en la casa de Nancy Gutiérrez, quien nos brindó comida y hospedaje. Nancy, que nació en este poblado, desde muy joven se convirtió en su enfermera. Hace más de un par de años que se pensionó, pero como no ha llegado su reemplazo, por servicio a la comunidad, sigue ejerciendo el cargo.

José Julio, don Armando y don Gustavo me contaron que Nueva Venecia desapareció del mapa a causa de una de las más violentas masacres paramilitares. También, sobre los graves problemas de contaminación de la ciénaga, y cómo esto ha hecho que el pescado haya disminuido enormemente, y por lo tanto sus ingresos y calidad de vida.

Aquí, naturalmente, nadie sabe lo que es un acueducto. A pesar de vivir rodeados de agua, deben comprarla y traerla desde el caño Aguas Negras o desde el río Magdalena. Tampoco hay alcantarillado. Los desechos van directo a la parte de Ciénaga que pasa por debajo de sus casas. Las viviendas están construidas con madera de olivo, que es eterno.

Todos tienen su vehículo: una canoa. Hay tiendas, como cualquiera de barrio, donde puede faltar todo, menos el ron. En este pueblo muy pocos conocen Santa Marta. Generalmente saben de Barranquilla adonde, en lancha, se llega en hora y media.

Don Armando dice que, a pesar de todo, se siente feliz en esta ciénaga, y que ni él ni muchos están dispuestos a salir de aquí.






jueves, 23 de enero de 2014

Un lugar en la Ciénaga Grande


Viajo a Nueva Venecia en búsqueda de conocer de cerca cómo vive la gente que habita uno de los pueblos palafíticos más emblemáticos de Colombia, un lugar de casas coloridas enclavado en medio de la Ciénaga Grande de Santa Marta.

Suena como un lugar idílico… pero por lo que he visto y leído, no lo es tanto. El complejo lagunar más grande de Colombia está muriendo. La violencia, el cambio climático y las disputas por el territorio el narcotráfico amenazan a sus habitantes.

Quiero conocer, a través de relatos de primera mano, la situación en que viven y cómo afrontan esta realidad. Acompáñenme al viaje al centro de la ciénaga. Les aseguro que va a ser un viaje revelador.

No se pierdan el próximo episodio de esta travesía este domingo a las 10:30 p.m. por Señal Colombia.





martes, 21 de enero de 2014

Los zapatos son mucho más que prendas de vestir



¿Qué tiene un par de zapatos que resulta tan revelador? Podría decirse que el objeto sobrevive a su usuario, pero que en ese objeto la humanidad del usuario se hace presente. Eso, tal vez, es lo conmovedor: el zapato contiene una humanidad; algo ausente se hace presente en él.

Quien haya estado en la puerta de un quirófano recibiendo las prendas y los zapatos de alguien amado lo comprende sin necesidad de filosofar. En los zapatos, allí, sin su propietario, se revela una fragilidad: que del quirófano se puede dar el paso hacia “el otro lado”. Con los zapatos en la mano, vacíos, “el acompañante” siente algo difícil de expresar; la humanidad embiste de un solo golpe.

Los zapatos que fabrican Giorgio y doña Tere parecen no decir nada puestos ahí, en la vitrina. Sin embargo, si pensamos en el trabajo que fue necesario para hacer el zapato, si auscultamos en la fantasmagoría que se esconde en el zapato-fetiche como mercancía, otro es el asunto y otra humanidad es la que aparece.

Conocer historias y personajes de la Bogotá de ayer y de hoy a través de los zapatos fue sin duda una reveladora e innovadora experiencia. Los zapatos son mucho más que una prenda de vestir, y tal vez en ellos, más que en ninguna otra, se dibuja y se imprime nuestro ser.









domingo, 19 de enero de 2014

Zapaterías para transexuales en Bogotá



Evidentemente, la exposición del museo resultó más interesante y reveladora de lo que esperaba. Los zapatos es lo único que queda de la virreina doña Francisca; a partir de ellos se reconstruyó su historia y parte de la de la Bogotá de la época.

Salí del museo al encuentro con Giorgio, el heredero de Helenia, la primera zapatería que diseñó e hizo hormas para transexuales que hace 25 años no encontraban en el mercado nada cómodo ni vistoso. Contando con suerte, se podían encontrar zapatos hasta el 38, y la mayoría calzaba por encima de 40. Helenia, como se llama la zapatería de Giorgio, está ubicada en el barrio Santa Fe, la más antigua y grande zona de tolerancia de la ciudad.

En el barrio Restrepo está Calzado Jhorban, by Yara Aristizábal, una fábrica que logró surgir gracias al empeño de doña Tere, quien descubrió el gran mercado que estaba en la comunidad LGTBI.

Estas dos fábricas ofrecen gran variedad y estilos. Así que si usted es drag queen, transformista, transexual, travesti, crossdresser, actor, trabajadora sexual, masajista, enfermera, mariachi, metalero, punkero, un nostálgico setentero, imitador de David Bowie o simplemente tiene un extraño fetiche por el calzado, le podemos asegurar que sus zapatos ideales no los encontrara en ningún Spring Step, sino aquí, en Helenia o en Jhorban.

Visítenlos para que ellos tengan el gusto de atenderlos.





miércoles, 15 de enero de 2014

Los tacones soñados



Mi próxima historia ocurre en Bogotá, que siempre resulta un destino interesante, pues hay mucho para ver y vivir. Visitaré el Museo Nacional, en donde se presenta "Lo que cuentan los zapatos", una interesante exposición que, como su nombre lo indica, cuenta historias y describe personajes a partir de sus zapatos.

De la exposición hacen parte, entre otros, los zapatos de Carlos Pizarro, quien fuera líder del M-19, y los de doña Francisca Villabón de Caballero, esposa de Amar y Borbón, el último virrey que tuvo la Nueva Granada.

Motivado por el concepto y el enfoque de esta exposición, indagué acerca de historias de zapatos en la Bogotá de hoy y descubrí dos especiales fábricas pioneras en el diseño de zapatos para la comunidad LGTBI, que también visitaré: Calzado Helenia, en el barrio Santa Fe, y Calzado Jhorban, en el Restrepo, cuyos dueños tienen historias muy interesantes para contar acerca de esta comunidad y de ellos mismos.

Creo que será un recorrido revelador, así que acompáñenme a descubrir lo que cuentan los zapatos de la Bogotá de ayer y de hoy. No se pierdan el próximo episodio de esta travesía este domingo a las 10:30 p.m. por Señal Colombia.





martes, 14 de enero de 2014

En algún lugar del Darién...



La historia de Santa María es una de las más sorprendentes con las que me he encontrado. Uno no entiende por qué ha sido tan olvidada, por qué no se difunde y se da a conocer este lugar tan significativo para la historia del país y del continente.

La fundación de esta efímera ciudad es uno de los puntos de giro más importantes que dio la humanidad. Allí están las raíces del mestizaje, de la cultura y quizás de todos los males que hoy padece no solo Colombia, sino América.

Santa María del Darién es, sin lugar a dudas, la historia olvidada de la conformación de este país y del continente, una historia fantástica, utópica, increíble y fascinante que debe ser rescatada, porque, parafraseando al canal, es la historia de "todo lo que somos".