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martes, 31 de diciembre de 2013

Las voces femeninas de Turbaco



Aunque dolorosa, la visita a la Ciudad de las mujeres resulta esperanzadora. Este grupo de mujeres ha cambiado su vida y su historia, y no solo la de ellas; también la de la región y la del mundo.

Porque como escribió Alfredo Molano: “La historia no es algo que ya pasó y, sobre todo, que ya les pasó a hombres notables y célebres. Es mucho más. Es lo que le sucede al pueblo común y corriente todos los días, desde que se levanta lleno de ilusiones hasta que cae rendido en la noche sin esperanzas. No se necesitan documentos acartonados y descoloridos por el tiempo para convertir un hecho en histórico; la historia no se refugia en las notarías ni en los juzgados, ni siquiera en los periódicos. La historia es una voz llena de timbres y de acentos de gente anónima”.




domingo, 29 de diciembre de 2013

Turbaco, Bolívar



La ciudad de las mujeres es una colorida urbanización que comenzó con 100 casas en 12 manzanas construidas por sus propias habitantes, que se capacitaron mediante un convenio con el Sena.

Doña Herbilia, una cálida mujer que llegó desde el Cesar, me cuenta que el proceso para poder lograr tener una vivienda digna fue largo y difícil. La consecución de los recursos para las casas duró más de seis años, y una vez comenzada la construcción, cuando todo parecía marchar bien, el celador encargado de cuidar los materiales fue asesinado. A los pocos días, el centro comunal en donde las mujeres se reunían a tomar decisiones fue incendiado. Estos dos hechos llenaron de temor a algunas mujeres, pero no lograron que ninguna de las mujeres claudicara.

Ellas han logrado consolidar el barrio como uno de los más organizados de Turbaco. Allí, además de vivienda digna, las mujeres han encontrado sustento y seguridad alimentaria a través de los programas que han emprendido gracias a la gestión de Patricia Guerrero, su líder, quien ha logrado conseguir recursos con organizaciones internacionales en convenio con el gobierno colombiano.

La Ciudad de las mujeres es una admirable y muy exitosa experiencia, una lección de entereza, tesón y vida.





jueves, 26 de diciembre de 2013

La ciudad de las mujeres



Mi próximo destino será Turbaco, municipio ubicado a unos 15 km de Cartagena, considerado la cuna de la arepa’ehuevo. Puede que a muchos esto no les parezca un destino muy interesante… pero no voy hasta allí tras atractivos sitios, sino en busca de la Ciudad de las mujeres, una urbanización que se ha convertido en todo un símbolo, pues fue gestada y construida por mujeres desplazadas víctimas del conflicto armado.

Las mujeres que allí habitan tienen una historia común de desplazamiento forzado, cada una de ellas ha llegado de lugares diferentes con su propia historia de dolor.

Todas son muestra de tesón y dueñas de una voluntad inquebrantable. Espero que me acompañen a conocer esta singular e interesante experiencia.

No se pierdan el próximo episodio de esta travesía este domingo a las 10:30 p.m. por Señal Colombia.






martes, 24 de diciembre de 2013

Una tradición caucana



El maestro Sandoval, un personaje con cara de pocos amigos, resultó muy afable y colaborador. Es tal vez a él a quien más se le debe el rescate de esta práctica, que hoy se ha convertido en un deporte, una danza y una arraigada manifestación cultural. Para hacerlo, la incluyó inicialmente en las danzas tradicionales de la región, y una vez la gente la identificó y se fue apropiando de ella, abrió las escuelas que hoy dirige, por las que han pasado cientos de alumnos.

El Ministerio de Cultura y la Alcaldía de Puerto Tejada decidieron convertirla en patrimonio cultural de los puertotejadeños. Por eso, recientemente publicaron cartillas, volantes y llevaron a cabo muestras y conferencias, y la incluyeron como cátedra electiva en los colegios del municipio con la intención de hacerla visible y que los jóvenes se apropiaran de ella. Al parecer, este objetivo se cumplió. Hoy la esgrima con machete no es vista como violenta, sino como una práctica que hace parte de la identidad y del arraigo de los lugareños.





domingo, 22 de diciembre de 2013

Puerto Tejada, Cauca



Al llegar aquí me enteré de otro dato estadístico poco conocido de Puerto Tejada: es uno de los municipios más densamente poblados de Colombia.

Como me lo habían advertido, evidentemente el ambiente que se percibe recorriendo las calles del pueblo no es el mejor, la policía del lugar de entrada me previno acerca de los muchos cuidados que debía tener; los alumnos y maestros de escuela con lo que me reuní al momento de mi llegada me advirtieron sobre lo mismo.

Seguí de cerca la historia de la esgrima en patios de apartadas casas, pues no era aconsejable practicarla en espacios abiertos o públicos ni bueno para los visitantes hacerse tan visibles. Así que, en compañía del maestro Sandoval, “el gurú” de la práctica, y algunos de sus alumnos fui hasta su vereda y, en una especie de casa-salón, me contaron todo acerca de esta práctica.

La esgrima con machete, o grima, como la llaman ellos, fue surgiendo cuando los esclavos observaban a sus amos practicar la esgrima clásica europea en los salones de las grandes haciendas. A falta de sables y floretes, a los que no tenían acceso, los afrodescendientes usaron el machete, su herramienta de trabajo. Con los años adquirieron tan grandes destrezas y habilidades, que los macheteros del Cauca se convirtieron en un ejército que participó en las batallas de independencia de la Nueva Granada, y posteriormente en la Guerra de los mil días y la guerra contra Perú.

Luego de estas guerras, la práctica estuvo a punto de desaparecer, pues se le vinculó con el bandolerismo y la violencia. Además de que la satanización que sufrió por parte de la Iglesia, que argumentaba que sus practicantes tenían pacto con el Diablo, pues de otra manera no era posible que se hubieran convertido en leyendas vivas, pues se decía que salían vivos sin ningún rasguño después de haber sostenido fuertes combates.






miércoles, 18 de diciembre de 2013

La esgrima con machete



El viaje a Puerto Tejada, Cauca, me despierta cierta inquietud y un poco de temor. Aunque no es dato muy difundido, según las estadísticas, además de ser una de las poblaciones más violentas de Colombia, Puerto Tejada es la que tiene un mayor índice de consumo de heroína. Esta situación hace que en principio no sea un destino muy recomendable.

El nerviosismo que me genera el viaje se apacigua un poco cuando los habitantes del pueblo con los que he hecho contacto me aseguran que las estadísticas no se parecen a la realidad, pues Puerto Tejada es un pueblo tranquilo.

Lo cierto es que a pesar del poco halagüeño panorama, voy a viajar porque allí se encuentran las dos únicas escuelas de esgrima con machete que existen en el país, y me interesa conocer de cerca y de primera mano cómo nació y se ha mantenido esta práctica ancestral.

No se pierdan el próximo episodio de esta travesía este domingo a las 10:30 p.m. por Señal Colombia.






martes, 17 de diciembre de 2013

Las farotas de Talaigua


Llegar a Talaigua me llevó a entender el real proceso de identidad y de los símbolos que son activos… se transforman, e involucran… La identidad es un proceso dinámico, que se transforma y se reconfigura a través de los actores sociales y su relación con el contexto, y que se dibuja en la compleja trama que relaciona región y nación, lo propio y lo extranjero, pasado y presente; presente y destino posible.

Walter Benjamin nos habla de dos clases de memoria: una a preservar, que rescata un pasado “ya hecho”, y una a movilizar, la memoria que se hace, que está en construcción. La primera es la memoria del pasado a celebrar. La segunda, es la que redime un pasado aún vivo, plural y a contratiempo, activándolo para desestabilizar los autismos del presente.

¿Por qué fortalecer procesos de identidad y memoria a través del relato? Porque el relato es una forma de futuro, ya que recordamos para imaginarnos, construimos el pasado para reconstituir una identidad, contamos para sentirnos sujetos de la historia, narramos como táctica de resistencia y creamos nuestras historias para recuperar la dignidad –la individual y la colectiva–.






domingo, 15 de diciembre de 2013

Talaigua, Bolívar


Talaigua es un pueblo en el que la mayoría de la gente vive de la pesca, que a propósito se ha vuelto muy escasa en el río Magdalena, debido a la sedimentación y al poco cauce que le queda al río en el brazo de Mompox, orilla en donde se encuentra el poblado.

La danza de las farotas tiene, para algunos, origen indígena, para otros es 100% europea. Pero más allá del origen real de la danza, para los talaigüeros es parte de su vida. Hombres, mujeres y niños están vinculados a ella. Me atrevo a decir que los 905 habitantes de Talaigua tienen un fuerte compromiso con la danza de las farotas: algunos la difunden, otros la aprenden, las mujeres diseñan y tejen los vestuarios, los hombres jóvenes, adultos y niños la practican y se sienten muy orgullosos.

Pescadores, canoeros, mototaxistas, albañiles o funcionarios en algún momento dejan su trabajo para travestirse y bailar la danza que los ha puesto en un prestigioso lugar de la cultura, pues las farotas hacen parte de los bailes tradicionales del Carnaval de Barranquilla e hicieron parte del estudio que declaró al carnaval como patrimonio inmaterial de la humanidad.

Talaigua y farotas hoy son palabras sinónimas.






jueves, 12 de diciembre de 2013

Siguiendo los pasos de las farotas

Mi próximo destino es Talaigua, un pequeño y olvidado pueblo que comparte con Mompox la isla de agua dulce más grande de Colombia.

Viajo hasta allá, al centro del departamento de Bolívar, llevado por la curiosidad que me despertó una foto de un campesino adornado con coloridas flores, travestido, que me encontré por casualidad en una oficina del Estado. Le pregunté a la funcionaria que me atendía que de quién o de qué era esa foto y me dijo que era una farota, un singular personaje de la depresión momposina.

Sé que me espera un largo y dispendioso viaje, pues por lo que he averiguado, me toca usar todos o casi todos los medios de transporte: avión, taxi, flota, Mototaxi y canoa.

Los invito a que me acompañen en este viaje que pinta alegre y aventurero. No se pierdan el próximo episodio de esta travesía este domingo a las 10:30 p.m. por Señal Colombia.






martes, 10 de diciembre de 2013

El mítico tapón del Darién



A través personajes como Germán, el cochero; Ciro, el coyote, y de don Jairo, el colono, pude conocer parte del a realidad de esta convulsionada zona.

En Acandí, la comunidad es consciente de la alarmante disminución de la pesca, el turismo y la biodiversidad y del impacto negativo que esto ocasiona en su economía y en su calidad de vida. Para mitigar esta situación, han emprendido acciones desde sus posibilidades y desde todos los frentes que generen alternativas y herramientas de solución.

A pesar de todos estos problemas, sustentados principalmente en el olvido y el difícil acceso, Acandí sigue conservando rasgos de eso que podemos llamar paraíso.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Acandí, Chocó



Llegar hasta aquí se vuelve un poco complicado: por tierra es imposible hacerlo, pues no existen carreteras; por mar, resulta un poco arriesgado, debido a las condiciones de navegación. Decidí hacerlo por avión, pero tuve que esperar varios días, pues solo hay tres vuelos semanales y la oferta de cupos es limitada.

Una vez despegó de regreso el avión en que llegamos, la pista del aeropuerto se llenó de motos. Los lugareños la han convertido en lugar de competencias. Apuestan carreras en las que la condición principal es que no utilicen las manos para conducir. Esto lo vuelve una práctica arriesgada e irresponsable, pero según ellos, llena de mucha emoción.

En el aeropuerto fui recibido por Germán, un tradicional cochero encargado de recoger los pasajeros en el aeropuerto para llevarlos hasta el poblado, pues aquí no existen carros ni taxis. La falta de carreteras los hace innecesarios.

Aunque la rica biodiversidad del mítico tapón del Darién ha sido devastada, esta sigue siendo la frontera más impenetrable de las Américas.

Muchos de sus habitantes se dedicaron y se dedican a trabajar como “coyotes”, cruzando gente de un país a otro. Ciro Ramírez, un santandereano de pura cepa que en alguna época se dedicó a este trabajo, nos contó los riesgos a que se enfrentan y lo duro que resulta la práctica.

Acandí es un hervidero de contrastes y conflictos, es una región con una especial conexión/desconexión con el país y el mundo. Está lleno de interesantes relatos, que Uds. pueden ver completos en el programa de televisión.

jueves, 5 de diciembre de 2013

Chocó caribe y fronterizo



Próximamente estaré en Acandí, pueblo del Urabá chocoano ubicado en la región del Darién, en límites con Panamá. Por esa frontera, aparentemente tranquila, se mueven armas, drogas y se mueven ilegales de todos los rincones del mundo, especialmente de China, África, Ecuador, Cuba, Ecuador y Perú, quienes emprenden desde ahí el camino hacia los Estados Unidos, en busca del sueño americano.

Ello, sumado a la fuerte destrucción de la biodiversidad, es el panorama con que me voy a encontrar. Quiero que me acompañen a descubrir cómo se mueve ese lugar tan paradisíaco y conflictivo.